No eres tú, es tu celular
¿Qué es lo primero que hacés cuando te despertás? Dejame adivinar… ¿mirar el celular? Pues acertar no ha sido muy difícil porque la mayoría pasamos un promedio diario de 3 horas conectados a las pantallas (personal y del trabajo).
Tanto en el trabajo como fuera de él, los dispositivos electrónicos se han convertido en extensiones de nuestro cuerpo, de maneras impensadas hasta hace no mucho. Aunque a primera vista no reparemos en las dinámicas persuasivas que despliega la tecnología, lo cierto es que cada plataforma está diseñada para que nos mantengamos enganchados infinitamente. Ya nos lo dejó en claro el director de Netflix, Reed Hastings, cuando le preguntaron sobre la competencia y respondió: «Mi mayor competidor es el sueño».
Si bien no te proponemos realizar un détox tecnológico, sí promovemos un uso reflexivo de las tecnologías, en especial cuando una gran parte de nuestro tiempo lo pasamos mirando las pantallas de nuestros dispositivos.
Scrollear como en el casino
Tristan Harris, exdiseñador ético para Google y fundador de organizaciones como Time Well Spent y The Centre for Humane Technology, explicó que ciertas plataformas digitales han adoptado mecánicas similares a las de los casinos para estimular los sistemas de recompensa de los usuarios. Un ejemplo claro de esto es el uso del scrolling, que presenta similitudes con las maquinitas tragamonedas.
Tanto el scrolling como las tragamonedas instalan la promesa de obtener una recompensa variable, lo que engancha a los usuarios al constante impulso de ver qué van a encontrar o qué «recompensa» obtendrán a cambio de su tiempo o recursos invertidos en la interacción. Así nos podemos pasar horas pulgar arriba, pulgar abajo, a la espera de la próxima foto o video hasta encontrar la «recompensa».
Según Harris, lo adictivo de estas plataformas radica en la sorpresa e impredecibilidad que conlleva cada interacción. Antes de interactuar con ellas, los usuarios no saben si encontrarán un montón de likes, recibirán un correo, verán un meme o imagen interesante, se toparán con un anuncio o no obtendrán nada en absoluto. Esta incertidumbre aumenta la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer, lo que puede resultar en una adicción sin fin.
Aunque el placer obtenido de estas interacciones no sea duradero, la posibilidad y disponibilidad de una recompensa de búsqueda resulta adictiva por sí misma. Esto lleva a un comportamiento de enganche y de conectividad constante, ¿no es verdad?
Tips para tomar el control
Desactivar notificaciones y alertas
Están diseñadas para llamar tu atención. Puedes desactivarlas desde Configuración o utilizar el Modo de enfoque, que suelen incorporar algunos dispositivos.
Escala de grises
Configura la pantalla del móvil en escala de grises para que sea menos estimulante visualmente y adictivo. Está comprobado que lo colores y luces brillantes captan más nuestra atención.
Dispositivos fuera del dormitorio
Utiliza una alarma separad de tu móvil y de ser posible, carga tu teléfono fuera de ese espacio.
Preguntate: ¿Qué es lo que genuinamente merece tu atención de forma ininterrumpida?
Fuente: https://www.menteenlinea.org/blog/cuidadosdigitales/