El tai chi: un camino hacia la armonía

La filosofía del Tai Chi es una extensión de la filosofía tradicional china y forma de vida, donde el Taoísmo y el Confusionismo se vieron como dos respuestas distintas a las condiciones sociales, políticas y filosóficas de la Antigua China.

El Confucionismo, también conocido como Confucianismo, se ocupa de cuestiones sociales, conducta y sociedad humana. El Taoísmo tiene un carácter mucho más individualista y místico, influenciado en gran medida por la naturaleza.

Confucionismo: El orden social y la virtud

Confucio estableció un patrón de pensamiento seguido por millones de personas durante más generaciones que cualquier otra raza humana en la tierra. Su intensa meta personal era restaurar la paz y el orden en las provincias. Su mensaje era que para lograr un estado de orden y paz, necesitamos volver a los valores tradicionales de la virtud. Según Confucio, más que nada, los antiguos entendían el orden y la jerarquía del cielo y la tierra.

El Taoísmo se basa en la idea de que detrás de todas las cosas materiales y de todos los cambios en el mundo yace un principio fundamental y universal: el Camino o Tao. Por lo tanto, el Tao Te Ching podría ser traducido como La ley de la virtud y su camino.

El Tratado del Tai Chi se conoció como la forma en que la filosofía del Tao se pone en acción. Lao Tzu enseñó que uno debería esforzarse por comprometerse en Wu-Wei y discernir y seguir las fuerzas naturales siguiendo el flujo de eventos y no oponerse al orden natural de las cosas. Al actuar de manera natural y dejar las cosas ser, uno entra en armonía con su propia esencia, el Tao. La idea central es que el Tao dio origen al Uno.

La historia del emperador, el pájaro y el maestro de tai chi

Un ejemplo de esta filosofía del tai chi en acción se cuenta en la historia del emperador, el pájaro y el maestro de tai chi. Se cuenta que un emperador estaba observando a un pájaro que volaba en círculos sin esfuerzo aparente. Impresionado por la gracia y la armonía del pájaro, el emperador le preguntó a su maestro de tai chi cómo podía lograr esa armonía en su propia vida.

El maestro le explicó que, al igual que el pájaro seguía el flujo natural de su ser al volar, él también debía aprender a fluir con el Tao, dejando ir la resistencia y permitiendo que la vida se desenvolviera de manera natural. Le enseñó al emperador a practicar el Wu-Wei, la acción no forzada, y a discernir y seguir las fuerzas naturales a su alrededor. El maestro le recordó al emperador que la verdadera fuerza reside en la flexibilidad y la adaptabilidad, no en la rigidez y la resistencia. Al aprender a vivir en armonía con el Tao y las fuerzas de Yin y Yang, el emperador podría encontrar la paz y el equilibrio en su vida, al igual que el pájaro que vuela sin esfuerzo.

Deja tu comentario

No se publicará
No se publicará
Whatsapp