El legado irreverente de Iris Apfel: More is more
«Cuando no te vistes como todo el mundo, no tienes que pensar como todo el mundo».
Esta frase encapsula la esencia de Iris Apfel, una mujer que desafió los límites de la moda y vivió 102 años bajo su propio código estilístico. Con un vestidor vibrante y una mentalidad poco convencional, nos enseñó que la moda no se trata de seguir tendencias, sino de sentirse cómoda y vibrar con lo que llevamos puesto.
La neoyorquina se destacó como diseñadora de interiores y dejó una huella imborrable en el mundo de la moda en sus últimos años. Su estilo bohemio, que fusionaba elementos vintage hippies con alta costura, la llevó a encontrar tesoros en mercados de pulgas y a deleitarse con las contradicciones de la vida.
Con su figura alta y delgada, Iris lucía su cabello corto de un blanco níveo, y sus labios y uñas en tonos escarlata. Era una abuela entre las modelos de la Semana de la Moda y una experta regateadora en tiendas de Harlem y bazares de Túnez. A pesar de las críticas que la catalogaban como estridente o chiflada, ella continuó desafiando las convenciones con atuendos como capa de plumas de pato con puntas doradas y botas Yves Saint Laurent de satén fucsia.
Desde los años cincuenta, Iris diseñó interiores para clientes de renombre como Greta Garbo y Estée Lauder. Junto a su esposo, Carl Apfel, fundó Old World Weavers, una empresa dedicada a la venta y restauración de textiles, muchos de los cuales adornaron la Casa Blanca. Ambos viajaban por el mundo en busca de diseños únicos, añadiendo regularmente nuevas piezas a su vasta colección en su apartamento de Park Avenue.
El impacto de su legado
Aunque los Apfel vendieron su empresa y se retiraron en 1992, Iris continuó siendo una figura influyente como asesora de la firma, manteniéndose como una mujer vanguardista y un espíritu libre. Su estilo, artísticamente contradictorio, la hizo destacar en la sociedad y entre los expertos de la moda.
Poco tiempo después, su exposición se convirtió en el centro de atención. Con un aluvión de publicidad, estudiantes de arte y diseño abarrotaron las galerías, junto con celebridades como Carla Fendi, Giorgio Armani y Karl Lagerfeld. El New York Times describió la exposición como una mirada inusual en un museo a una árbitra de la moda, no a un diseñador, destacando su enfoque inventivo y temerario.
Iris Apfel nos dejó una lección invaluable: la verdadera moda es una expresión de uno mismo, donde more is more, y la autenticidad siempre brillará.
El documental Iris, dirigido por Albert Maysles, se estrenó en el Festival de Cine de Nueva York en 2014, consolidando su legado y celebrando su impacto en el mundo de la moda.