Geriatrónica y Age-Tech: socios para un envejecimiento activo y dinámico
La geriatrónica es el uso de la tecnología en la atención a la tercera edad, fusionando la geriatría con diferentes campos de la ingeniería y la tecnología. Esta perspectiva intenta entender los cambios físicos vinculados con el envejecimiento y ajustar programas de actividad física para neutralizar estos cambios, mejorando la calidad de vida de los adultos mayores y atendiendo sus requerimientos médicos, sociales y emocionales de forma holística.
En un contexto de crecimiento demográfico de la población de adultos mayores y expansión del mercado wellness, la integración de la geriatrónica en estos servicios es muy importante para garantizar una atención inclusiva y personalizada.
Por otra parte, Age-Tech se refiere a la creciente industria de tecnología para la tercera edad, centrada en la personalización, accesibilidad e innovación para cubrir las demandas y gustos de este grupo de edad. A pesar de que ambos, Age-Tech y geriatrónica, persiguen metas parecidas, se distinguen en su enfoque y amplitud, ya que la geriatrónica se enfoca en la integración médica y tecnológica, mientras que la Age-Tech se centra en la creación de productos y servicios tecnológicos particulares.
La importancia de estos métodos reside en su capacidad para enfrentar los retos del envejecimiento poblacional, incrementar la calidad de vida, el bienestar y el cuidado completo de las personas de la tercera edad a través de soluciones innovadoras y eficaces. Algunos de estos progresos tecnológicos comprenden aplicaciones de realidad virtual para fomentar la actividad física, el estímulo cognitivo, robots para la tarea de socializar; robots de asistencia que ayudan en tareas cotidianas y previenen problemas asociados con la soledad o la depresión; y sistemas de monitorización de salud para un seguimiento continuo y detección temprana de problemas de salud.
A pesar de los avances, la integración de estas tecnologías en los servicios wellness enfrenta desafíos, como la falta de conocimiento, los costos de implementación y la resistencia al cambio por parte de los usuarios.
Sin embargo, las cifras evidencian la necesidad de tomar medidas: se proyecta que la población global de personas de 65 años y más se triplique para 2050, y únicamente el 20 % de los adultos de 65 años se involucran en actividades de bienestar. La incorporación de estos instrumentos revolucionarios en los servicios de bienestar es una exigencia esencial y una oportunidad para elevar el nivel de vida, potenciando la propuesta de servicios de bienestar integral.
Fuente: Desafíos globales: Envejecimiento